miércoles, 21 de abril de 2010

AL VAIVÉN DE LOS AÑOS


La última vez que monté en el instrumento de la foto fué con varios amigos - as ya mayorcito y puedo decir que una de esas amigas es ahora mi mujer. Aparte de ello el recuerdo mayor siempre va relacionado con los años más infantiles y del mismo tengo presente la velocidad y vaivén temerario que algún que otro gracioso conseguía dar al tiovivo en cuestión ¡y a ver quién era el guapo que se bajaba en marcha!.
Para los más perdidos decirles que estaba situado en el parque de Isabel la Católica.

8 comentarios:

Ricardo de Arce dijo...

En el cole de mis hermanas había uno, el famoso balancín letal, ¡cuántas infantiles cabezas abiertas en tardes negras!. No te creas que no volvían esas mismas malas cabezas a montarse en aquella mortaja de hierro la misma tarde o al día siguiente.

recuerdogijon.blogspot.com dijo...

Cerca del de la foto había otro artilugio peor, ya que permitía montarse en él en círculo y con el vaivén y la gravedad parecía un botafumeiro. Ahí sí que ví yo buenos golpes, de guajes volando o con golpes de los buenos ya que no se le veía venir de lo loco que era el giro.

Anónimo dijo...

En sus origenes era un cocodrilo

recuerdogijon.blogspot.com dijo...

DE LO DEL COCODRILO NO ME ACUERDO Y MIRA QUE LA IMAGEN ES DE 1968.

mredes dijo...

sí, era un cocodrilo

recuerdogijon.blogspot.com dijo...

Al parecer el cocodrilo tenía un cierto aire a los adornos vikingos de los drakkars en su proa.

fyc dijo...

También en esa zona de juegos, además de los columpios de hierro con esquinas afiladas "abre-sesos", había otro cacharro redondo giratorio de unos 2 m de diámetro, abierto, con un volante central fijo en el que todos nos propulsábamos para hacerlo girar a velocidad diabólica. La fuerza centrífuga era brutal y el mareo también.

recuerdogijon.blogspot.com dijo...

Sí, alguien que trabaje hoy día en riesgos laborales se llevaría las manos a la cabeza si lo viera.