Pero bueno, volviendo a la Avenida recordar (algo se aprecia en la foto) su terrible adoquinado que te hacía temblar el cuerpo durante unos segundos después ,si lo cruzabas en bici o en mobilette o en vespino . La obra para quitar todo este adoquinado (a finales de los 70) dejó la avenida con un peculiar aspecto al hacer la base del nuevo asfaltado bastante baja de nivel.
De los portones de los almacenes paso en mi memoria a recordar las lecherías que había en la zona de la calle Cangas de Onís. Tras otros portones no encontrábamos el ladrido de un perro sino ,ocasionalmente, el agradable mugido de las vacas lecheras.
El pavés anticiclistas, que todavía hoy pervive en alguna nefasta etapa del Tour, es una idea infame que también sufríamos en Madrid. Desde Rascafría hasta la base del Puerto de los Cotos, en los 6 kms. de adoquín te acababa saliendo la médula por una oreja.
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