LA IMAGEN DE LA TÍPICA PAREJA GAITA - TAMBOR ,TAN FRECUENTE EN ROMERÍAS Y FESTEJOS, SOBRE EL FONDO DEL "MURO" DE LOS 60.
DIFÍCILMENTE SE VERÁ UN ENTONAR CON LA GENTE TAN ALEJADA DEL GAITERO, TANTA GENTE POR CIERTO, COMO EN ESTA OCASIÓN.
LA GAITA Y EL TAMBOR ESTÁN PARA ESTAR CERCA DE LA GENTE, ENTRE LA GENTE, CAMINANDO A TRAVÉS DEL GENTÍO DE TODA CELEBRACIÓN ASTURIANA.
LA GAITA ASTURIANA ES UNO DE NUESTROS GRANDES SÍMBOLOS, EJE DE NUESTRA HISTORIA CULTURAL Y TIENE UN LUGAR PRIMORDIAL ENTRE LOS ICONOS EN LOS QUE LA BOCA TOMA FORMA COMO DENOMINADOR COMÚN E IMPRESCINDIBLE: LA GAITA, LA CANCIÓN ASTURIANA, LA COMIDA Y EL BABLE.
EL BUEN SONIDO DE UNA GAITA SE BASA EN DOS GRANDES PILARES: QUIÉN LA TOCA Y QUIÉN LA CONSTRUYE. SIRVA ESTA ENTRADA DE HOMENAJE A ALBERTO FERNÁNDEZ VELASCO, FALLECIDO A FINALES DE AGOSTO EN GIJÓN , DE CUYAS MANOS SALIERON - COMO ARTESANO DE LA GAITA QUE ERA- MUCHOS DE ESTOS MAGNÍFICOS INSTRUMENTOS. SUS PALABRAS DEFINEN BIEN SU IMAGEN DE LO QUE DEBE SER UN GAITERO: "EL GAITERO, MÁS QUE UN TOCADOR DE INSTRUMENTOS, HA DE SER UNO CON LA GAITA; HAY QUE SABER ESCUCHAR A QUIEN SABE BIEN QUÉ QUIERE EXTRAER DE UNA GAITA Y POR QUÉ Y PARA QUÉ LO PIDE".
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