Un día de julio de 2005 paseando por la Calle de los Moros.
Los 27 grados y el cielo despejado invitaban a sacar fotografías de nuestro maravilloso Gijón.
Pronto , las dos ruinosas casas que coronaban el final de la calle serían pasto de la piqueta...
Vaya flash mental he tenido retrocediendo décadas. Y de la calle del agua ahí detrás también me acuerdo. De cuando vivía en Gijón, iba a veces a Navarro por cosas de las gafas.
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