Corría 1970 y en España llegaban novedades en el mundo del motor.
En los concesionarios gijoneses llegaba a la venta el revolucionario Citroën 8 ,con su particular suspensión y línea aerodinámica.
También resistía Barreiros, una marca icono en España, pero ya tenía como pareja de baile Chrysler y se acercaban sus momentos más duros (la frase final de la publicidad es todo un juego de palabras).