Ése era el eslogan de la desaparecida discoteca Play Boy 2 , sita en el barrio de la Arena. No era muy grande de tamaño pero fué algo revelador,al menos por el nombre, en los años sesenta y setenta. Recuerdo que al entrar ibas pisando -a modo de alfombrillas- unos grandes acetatos bajo los cuales aceites de colores ,más efectos de luces daban el tono de psicoledia tan a lo sesenta que le venía al pelo. Respecto a la foto el vaso del cuál se bebió las lágrimas de cocodrilo tiene más de cuarenta y cinco años, total nada.
Otra curiosidad del elenco decir que los Zafiros Negros fué el primer grupo en que tocó el gran Tino Casal. Del resto de los artistas pues...que a saber cómo terminaron. Al leer lo de las Go Gos recuerdo una jaula en la que bailaban estas profesionales del dancing en el Jardín de Somió.