Para los finos "el clochard de las pérgolas", todo un tipo que aguantó el mal tiempo y se afincó durante algunos años en las pérgolas de la playa. Estamos hablando de hace más de 25 años de la historia.
Su aspecto tenía poco de bohemio y la chispa la verdad no tenía ninguna. Siempre apegado a su chubasquero lleno de mugre hacía su vida pasando de todo. En Gijón , como nos fijamos en todo en aquella época, pues siempre la gente le cogía cariño a todo, poniéndole mote y haciéndoles partícipes de la comunidad de una u otra forma. No sé qué habrá sido de él, pero desde luego el lugar en el que vivía era lo menos saludable de Gijón.
Por aquella época había otros singles peculiares, uno que llamaban el coreano, el famoso gaitero mendicante por las calles, y otro que escondía la botella de vino tras las columnas de la iglesiona para entrar a pedir y recoger su peculiar biberón a la salida. Este era un sujeto no muy mayor, con barba que al parecer había sido ingeniero y los cuernos le trastornaron. Un día se puso en las terrazas de Corrida a despotricar a voz en grito ¡BURGUESES HIJOS DE PUTAAAA! y el personal sentadito a lo suyo , la cañita la tapa.....