
Tan importante para Gijón como el Gran Almacén fué la llegada de la escalera automática que tenía dentro, escalera móvil como dice la publicidad y que el Gaviotu trataba de promocionar (fué un hacha de la publicidad con un montón de marcas).
Muchos Gijoneses iban al Simago sólo por subirse en la escalera de marras, de las primeras que había sobre la piel de toro (otras estaban en galerias preciados, en el SEPU, el INI, Metro de Barcelona..). Ante preguntas como el número de personas que podían subir por hora en la misma o la velocidad que tomaba el vicepresidente de Simago decía que unas siete mil personas a una velocidad de cuarenta y cinco centímetros por segundo con un motor de doce caballos.
Esta escalera duró lo suyo y adelantaba a Gijón en una década llena de novedades como fué la de los años 60. Al final Simago en manos de la Banca se acabó vendiendo y muchos de sus centros pasaron a depender de Pryca, todo un consorcio del que actualmente lo más conocido son los almacenes Carrefour.
Del Simago nuestro , el de la escalera , su superficie está ahora mismo ocupada por Punto y Roma.