Al menos así lo declaraban los responsables de las excavaciones de la Campa Torres en el año 1993.
La conclusión era el resultado de analizar una muestra por medio del carbono catorce y se matizaba que podría haber un margen de error con estas pruebas.
Se conocía bastantes cosas de la estancia romana en Gijón , no así tanto de la época prerromana por lo que la campaña arqueológica que duró del 15 de junio al 15 de diciembre de 1993 trataba de aclarar algunos de esos misterios.
Se enviaron a Madrid huesos de fauna, compuestos por determinadas sustancias - entre las que figuraban resultantes del consumo de determinados alimentos- que podrían definir la dieta del poblado y los recursos de sus habitantes.
Un estudio anterior había confirmado que consumían ganado vacuno menor de dos años, edad en la que, precisamente, las reses comienzan a ser productivas.
Si un poblado anduviera escaso de medios nunca sacrificaría "xatos" tan jóvenes lo que da que pensar sobre la calidad de vida de nuestros antiguos paisanos.