Aquellos muros con enrejadas ventanas ovaladas son parte del recuerdo del tostadero de los años 70.
Un tostadero que unía a los primerizos/as buscadores del rayo de sol a un pequeño y ,según la hora , menguante trozo de arena de nuestra querida playa.
Siempre pegado al río Piles, también lo era unido a su polémica; la suciedad del mismo, los restos que llegaban a su orilla, los olores....
Para muchos gijoneses , ver bañarse a niños de forma tan confiada en semejante sopa de suciedad daba que pensar ...."estos no son de Gijón."..Con los años ,las soluciones fueron parciales y ahí sigue , nuestro tostadero , ya sin sus ventanas ni puertas en su muro......¡viva el bronceado!
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